Se agita bien y luego con un trapo de algodón empapado de Pulimento Líquido se frota la superficie que se desea abrillantar.
Seguidamente, cuando está ya seca la superficie, se frota con una gamuza, hasta que la parte pulimentada resplandece con intensidad y presenta un tacto suave y resbaladizo.
En el caso de querer pintar o barnizar la superficie, deberá emplearse un pulimento exento de ceras, grasas o siliconas, pues en caso contrario la adherencia se vería perjudicada.